martes, 10 de enero de 2012

UNA FUENTE ELEGANTE DE TRANQUILIDAD


Una buena propuesta para embellecer y romper la monotonía de un jardín es decorarlo con una fuente, para que su agradable sonido y la simple contemplación del agua relaje nuestros sentidos. En el mundo apresurado en el que vivimos, nada es comparable a la suave atmósfera que conseguimos crear al colocarla estratégicamente en nuestro jardín. De manera automática lograremos aliviar nuestras tensiones y proporcionar un punto de elegancia.
Las fuentes de jardín a menudo se consideran obras de arte, cualquiera que sea el lugar donde se instalen, se convertirán en punto de atracción. Las más recomendables son las fuentes con surtidor, porque oxigenan el agua. Existen numerosos modelos en el mercado, de todos los tamaños, estilos y materiales; simplemente debemos elegir la que mejor se adapte al espacio disponible y al toque clásico u original que queramos aportar al jardín.
Lo que no es recomendable es instalar una fuente si pretendemos tener plantas acuáticas o peces, puesto que el movimiento impide la vida de estos, y para ese fin siempre son más útiles los estanques.
Por otra parte, debemos evitar situar la fuente debajo de un árbol, puesto que de éste caerán hojas secas que darán un aspecto sucio y descuidado a la fuente. Además, es posible que las raíces del árbol lleguen a la zona de la fuente y destruyan la construcción.
Tampoco se aconseja colocarla en un lugar donde el viento sea abundante, pues la evaporación del agua será mayor. Además, el chorro de agua que despida el surtidor se verá desviado y deformado por la acción del viento.
Por último, debemos ocultar adecuadamente la bomba y los cables eléctricos, y tomar precauciones para que la proximidad del agua y los sistemas eléctricos no nos ocasione problemas.
Solventadas todas estas cuestiones, tan solo queda disfrutar apaciblemente de nuestro jardín y del suave murmullo del agua.

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